El tiempo pasa corriendo y a la vez no es tan ligero tu recuerdo me presiona el pecho, me estruja el corazón. Las lágrimas caen por mis ojos como si de agua hervida para café se tratase, café dulce de tus ojos disueltos en lágrimas nublando mis pupilas, amargos y deliciosos a la vez. Amor amor, quién diría que terminaríamos así, dejando que se congelen las raíces del corazón de la razón de la pasión y que pronto se congele toda la fuente de nuestro amor... es una verdad irrefutable que escribir de esto me parece patético pero aún así no lo dejo porque yo siempre me aferro al recuerdo de tus ojos dulces como la miel, a tu piel fresca y suave como la seda y a tu risa tan tierna, a tus "te amo" tan misteriosos, a ti calmándome después de haberme destrozado como si fueses tormenta.