Nadie nunca amará tanto tus manos como yo, nadie nunca podrá admirar con el mismo amor ese precioso y raro lunar que llevas en tu cuello; debo admitir que lo he contemplado desde mucho antes de tenerte, cuando solía mirarte a escondidas, nadie nunca deseará esos labios como lo hago yo, nadie nunca podrá amarte tanto, nadie nunca podrá ser yo en ti ni tú en mi, somos insuperables mi amor.