Él me amaba,
estoy segura de que me amaba
pero también la amaba a ella,
ella que era su tentación
su pecado
su infierno
su camino directo a la muerte
pero también estaba yo,
quien lo amaba como una loca,
que lo amaba sin importar que
esté esa otra,
sin importar que a veces
me dejase sola.
Yo siempre estuve ahí
curando sus males,
sanándole el corazón,
calmándole la conciencia
y la existencia,
devolviéndole la razón.
devolviéndole la razón.
Siempre estuve ahí
ignorando sus mentiras
y las noches perdidas,
acurrucándolo en mi regazo
aunque estuviese dolida,
pero había un mal que no podía sanar,
contra ese no pude batallar,
ella es esa guerra...
que me hubiera gustado ganar.
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